martes, 4 de marzo de 2014

Piero della Francesca, el mundo geométrico

Vista de la ciudad ideal (Piero della Francesca. 1475)
El pintor Piero della Francesca es considerado uno de los grandes de la historia del arte. Nació entre los años 1410 y 1420 en una pequeña localidad de Borgo San Sepulcro. Hijo de zapatero. Llamado “El Monarca de la pintura y de la arquitectura de nuestro tiempo”. Fue alumno de Doménico Veneciano. La mayoría de sus influencias las recibió de observar con detenimiento la obra de Massacio,  en especial los frescos del Carmine.  También, las obras de Brunelleschi y Donatello. La amistad con el arquitecto Alberti fue de notable  beneficio. Admiró su capacidad de dirigir las construcciones aún por correspondencia.
Realizó muchos encargos para los Duques de Ferrara y estuvo al servicio de Federico II de Montefeltro, Duque de Urbino. Entre sus obras se encuentran “El díptico de Urbino”; “La virgen con el niño”.  La pintura “El bautismo” con una composición basada en composiciónes geométricas, de colores pálidos y fríos. Vermeer, el pintor holandés se inspiraría en sus colores y se detendría en “La flagelación de Cristo”. Los frescos de “La leyenda de la cruz”, es la obra maestra de perspectiva en el sentido moderno  y una de las cumbres más notables de su arte.
Federicco de Montefletro y Catalina Sforza (Piero della Francesca. 1474)
La matemática, la perspectiva y la geometría son elementos claves de su proyecto plástico compositivo. En su obra sobresale el color ocre, el rosa viejo, un rojo único, el verde. Sus formas predilectas: arcos, esferas, cilindros. No hay ángulos ni aristas. Prefiere los planos continuos. Sus pinturas resumen orden compositivo, clara concepción del espacio, mágica quietud. Parte finalmente en 1492 y nos dejó su mundo sereno y geométrico.

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